Llega el momento de reflexionar sobre lo que estamos viviendo. Con el sistema de escusas que se colocan en momentos de crisis es fácil despedir a alguien que no tiene cabida en una empresa tóxica.
Estamos llegando a un punto en el que la gente es incapaz de protestar, porque la protesta es una forma de significarse y eso podría llevar al despido.
Creo que no estamos haciendo bien los deberes, nadie, ni las Administraciones, ni los sindicatos ni los profesionales.